1ª Visita: Museo del Romanticismo.
Museo del Romanticismo.
Tras un caluroso y asfixiante viaje en metro, la atmósfera burguesa y de decoración casi rococó me invadió al instante. El museo de estilo neoclásico hace las veces de casa, pues la intención es recrear el ambiente de la alta burguesía española de la época perteneciente al Romanticismo (XVIII-XIX).
El recorrido resulta muy ameno ya que tiene el gran atractivo de estar decorado con todo lujo de detalles inmobiliarios y artes decorativas: desde los tapices de las paredes a las alfombras, pasando por todo tipo de artilugio artístico como jarrones, candelabros, muñecas, monedas, libretas y cartas, joyas e incluso colosales pianos...
Cada habitación (en total el museo dispone de 26 salas) de la casa intenta recrear con fidelidad un hogar burgués de la época, por lo que uno pasa de ver el comedor brillante y lujoso a ver una habitación de aspecto sobrio y sereno propia del "señor de la casa". Desde que uno entra por el museo hasta que sale se detiene en cada sala durante largos minutos para poder apreciar al detalle cada centímetro visible, pues es imposible no detenerse a ello y quedarse embriagado por el ambiente que le rodea.
Cada pared del museo está empapada con utensilios cotidianos de siglos anteriores, desde pistolas a artilugios de aseo (incluyendo un modelo de retrete señorial cuanto menos curioso). Por ello, no es que el museo contenga obras de arte, si no que es una obra de arte en sí mismo muy entretenida y didáctica que incluye mucha historia.
En cuanto a lo que obras pictóricas se refiere, encontramos pinturas, estampas, dibujos y miniaturas. Los autores principalmente son españoles, pero otros tantos son franceses. Me gustaría nombrar algunas de las obras que más me gustaron o impactaron, tarea difícil pues el museo cuenta con una abundante colección.
Comenzando por el retrato ecuestre de Juan Prim por Henri Regnault. Este dibujo, hecho con la técnica de impresión Giclée, me maravilló porque el autor consigue crear la sensación de que todos los personajes se encuentran literalmente sobre un oleaje, siendo los personajes en un segundo término trazos arremolinados que asemejan una tempestad. Sin embargo, lo que más me cautiva del mismo es el colosal y apoteósico caballo negro sobre el cual se encuentra el general español.
En cuanto a cuadros realmente impactantes (e incluso desagradables) destaca, sin duda, La plaza partida de Eugenio Lucas Velázquez (no confundirse de Velázquez). Si hoy en día los eventos taurinos, personalmente, son sumamente desagradables, la situación que este cuadro representa es devastadora. Una inconmensurable multitud se avalancha en torno a la enorme plaza en la cual se está llevando a cabo una masacre en toda regla. Multitud de hombres apenas definidos con tres pinceladas con aspecto de boceto, asesinan y torturan a caballos y toros por igual. El nivel de detalle llega a ser desagradable y visceral, en el sentido totalmente estricto de la palabra. Lo que más me impactó fue un mancha que quería ser un hombre galopando a lomos de un pobre caballo el cual tenía todo el estómago abierto, mientras éste ejecutaba a otro animal. Sin duda, una obra exquisita tanto por su técnica como por su visión terrorífica.
Por último, destaca Paisaje romántico en el castillo de Granada, de Perez. Sin duda, este cuadro reúne todas las cualidades para crear una atmósfera cálida y envolvente que te hace situarte en la escena representada. Me encantó el juego de luces y sombras, así como la vegetación representada en el lado derecho. Además, supuso un alivio tranquilizador tras la visión del cuadro anterior.
Concluyendo, recomiendo indudablemente la (varias) visita a este hogar romanticista, puesto que ofrece una gran variedad de aspectos artísticos que no saturan la vista y mucho menos agotan el interés del visitante. Lo único que eché en falta fue disfrutar de la cafetería-jardín, pero mi economía actualmente es escasa, motivo por el cual este museo es una buena opción para estudiantes ya que se puede visitar gratuitamente con el carnet de estudiante.
Gracias por leerme y hasta la próxima visita.
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